Madrid  4 - Barcelona  6

Encuentro telefónico, 11 de Noviembre de 1929

         Encuentro telefónico entre los dos núcleos ajedrecísticos más importantes del país, lo que representó todo un acontecimiento. Con la idea de no alargar interminablemente las partidas, se estipuló una hora límite para que éstas terminasen: las 4 de la madrugada, habiendo comenzado el encuentro a las 22:30. Las partidas no terminadas fueron sometidas al arbitraje del Doctor Esteban Puig y Puig, complicada tarea que levantó una gran polémica, lo cual, dicho sea de paso, era lo esperado ya que ningún bando se iba a conformar fácilmente con la derrota.

         Los equipos estuvieron capitaneados por Manuel Golmayo y Valentín Marín. Los madrileños jugaron desde los salones del Centro del Ejército y La Armada. Sólo 3 partidas finalizaron en el límite de tiempo estipulado, sometiendo a arbitraje 7 de ellas, tarea para la que el árbitro solicitó el plazo de 3 días. El desarrollo del arbitraje en las partidas que ofrecían dudas viene reflejado en el archivo pgn.

   

Descargar 10 partidas del encuentro

 

        Madrid

     Barcelona

Golmayo, Manuel

1

-

Vilardebó, Josep 

0

Almirall, Vicente 

0

-

Marín, Valentín 

1

Polanco, Julio

0

-

Soler, Plácido 

1

De Ortueta, Martín

½

-

Ribera, Ángel 

½

Sanz, José 

0

-

Font, Josep 

1

Kocher, Willy 

½

-

Cortés, Lluis 

½

Cadenas, Alfonso 

½

-

Domenech, Rafael 

½

Machiñena, Luciano

0

-

D'Aubarede, Horacio

1

Campos

1

-

Gª Castellá, Antonio

0

Lacasa, Enrique 

½

-

Casas, Jaime 

½

 

         En el diario El Noticiero de Zaragoza tiraron de humor para hablar sobre este match. Voy a insertar los comentarios allí publicados como nota curiosa:

 

10.01.1929, página 11

«Leemos que va a celebrarse un match de ajedrez "a golpe de teléfono". Los contrincantes estarán situados en Madrid y Barcelona, respectivamente y a través de los hilos darán las órdenes de circulación de figuras. Escenas como éstas se repetirán:

Estimado contrario, tenga la amabilidad de mover la torre.

Usted me hará el favor de darle un paseíto a la reina.

Y así sucesivamente hasta que uno de ellos se presente como definitivo vencedor.

La partida ha quedado terminada con mi neto triunfo, compañero "trans-hilista".

Pero hombre ¡qué dice usted, si lo tengo completamente en mi poder! Indudablemente ha recibido mal mis órdenes telefónicas y ha movido las fichas como le ha venido en gana!

No le tiro a usted el tablero por temor a estropear el aparato. Si sigue, voy a esperar para volver a jugarle, que el cine sonoro rige para esto del ajedrez. ¡Si no fuera por los seiscientos y pico de kilómetros, iba usted a conocerme!

Déjese las músicas. Usted ha perdido y por consiguiente debe abonar las setecientas cincuenta y cuatro pesetas de teléfono.

Los organizadores de este torneo anunciado deben pensar en estos inconvenientes antes de llevarlo a la práctica. Todo menos provocar conflictos con escala en nuestra ciudad».