Ajedrez:
una pasión de 75 años... momentos memorables y partidas
"agridulces"
Familia
Salomon: Roberto jr, Roberto senior, Mª del Carmen, Ana Maria,
Juanita y Eugenio en 1941. © E. Salomón
( Autor: Eugene
Salomon - © Historia
del ajedrez español )
Era
el año 1941, en mi Gijón del alma. Por aquel entonces
todas las cosas buenas eran “de antes de la guerra”,
todas las personas habían sido “de derechas o de
izquierdas”, rojas o azules. Mi padre no sólo me enseñó
a jugar, sino que grabó en lo profundo de mi corazón una pasión
de por vida a través del relato de sus vivencias. Algunas
de sus anécdotas están por escrito en sus memorias
"Caminar y Cavilar":
"Dando
lecciones de idiomas y de ajedrez ganaba para vivir... y
jugando al ajedrez al anochecer en el Café de la Plaza, el
mejor medio para abstraerse hacia el nirvana, lo cual se
logra también con buena música".
Era
el año 1942 cuando mi "tío Casi" (el Dr.
Casimiro Rugarcía -pintor, poeta y ajedrecista, además
de medico de Alekhine-) me introdujo en los círculos
ajedrecísticos de su club "El Casino de la Unión de los
Gremios", en la calle Corrida, y a la vez me hizo
comprender, con su juego y sus poesías, la dimensión poética
del ajedrez:
"Es el ajedrez sin par--imagen fiel de la vida--desesperada
partida--contra el tiempo y el azar--... lleno de ilusión
empieza--como la vida este juego.--Igual que el amor es
fuego--y como el arte, belleza.--Cuantas veces su
grandeza--se humilla y su ardor se abate!--Porque este
juego o combate--también tiene su agonía--en breve o lenta
porfía--que termina en jaque mate".
Era
el año 1944 cuando durante una exhibición de simultaneas con
reloj contra diez de los mejores jugadores de Gijón recibí
una
lección magistral de mi ídolo, Alekhine. Quizás sin darme
cuenta, aprendí el valor de la coordinación de la
dama y el caballo para el ataque. Era la jugada numero 45.
Alekhine y yo estábamos jugando mano a mano pues los
otros 9 jugadores ya habían perdido. Con la inexperiencia
que da llevar sólo un año participando en torneos, jugué
45...Dd3+ (a
simplificar, pensé... y a perder, resultó). Si hubiera
jugado 45...Cd3!, el valor de ataque del
"team" Dama-Caballo hubiese posibilitado
unas tablas. Ver
partida.
Desde
mis primeros torneos serios en Madrid 1946 y Gijón 1947,
hasta los últimos en 1998 (Open Anibal de Linares y World Open
de Philadelphia), el tema de combinaciones con dama-caballo
ha aparecido en muchas de mis partidas, varias de ellas
seleccionadas para el
libro "40 Years of Friendship--100 Games of
Chess" que escribí con mis amigos y compañeros de
equipo Steve Pozarek y Wayne Conover.
Con
mi tío Casimiro (mi segundo maestro) y mi tío Eugenio © E. Salomón
Hace un año, cuando a través de Facebook descubrí el
grupo "Historia del ajedrez español" y Javier Cordero me propuso traducir mi
sección del libro para compartirla en Internet a través
de su web, me sentí honrado. Una magnifica traducción con acertados comentarios,
complementada con una selección de 4 partidas de ataque (dos de
ellas, por cierto, ¡¡con combinaciones de Dama y Caballo!!).
Podéis encontrar el libro traducido, mas su selección de partidas,
yendo a su portal "Ajedrez de Ataque" o a la
sección "El
desván" de la web "Historia del Ajedrez
Español".
Es pura casualidad que cada una de esas cuatro partidas
tenga su propia vida o su propia historia:
* La partida con el G.M Sargisian fue reconocida en el
Informator #71, pagina 356, como una de las 25 mejores
combinaciones del trimestre Octubre 1997 a Enero 1998... un
honor para alguien que, como yo, nunca fue ni pretendió ser un profesional del ajedrez.
Ver
partida.
* La partida contra el fuerte maestro Eugene
Shapiro, un
teórico impresionante en las aperturas, tiene una historia
curiosa: no queriendo jugar una Siciliana ni una India de
Rey, por primera vez en mi vida escogí abrir con 1.f4. Yo no
conocía la apertura Bird, pero habiendo usado
con éxito la defensa holandesa con negras en mi juventud,
tenia un buen concepto estratégico de este tipo de
planteamiento. Pensé que esto me permitiría jugar de
igual a igual en la apertura. Gané con un bonito
sacrificio de dama. Ver
partida.
*
Dos años después tuve que jugar de nuevo contra el maestro
Shapiro, ¿qué hacer? Era indudable que Shapiro habría estudiado
y mejorado su planteamiento de la partida anterior, pero
de todos modos quería evitar jugar aperturas en las
que él era un reconocido experto... solución: jugar de
nuevo 1. f4, pero con un pequeño cambio: en vez de desarrollar el alfil a b5,
lo situé en e2. De nuevo obtuve la victoria con una combinación
que incluía un sacrificio (o pseudo-sacrificio) de dama. Ver
partida.
* Las
partidas que me enfrentaron al maestro ruso Lenar
Murzin (Philadelphia 1998, creando poesía del ajedrez a los
70 años) y a Mitchell
Klug, reflejan un leit
motiv que se repite con frecuencia: ¡el valor de la cooperación
entre la dama y el caballo! (ver también mi partida
contra el M.I. Rogelio Ortega (La Habana 1952) o contra
el fuerte maestro Adam Leif,
jugada en 1986).
Partidas
agridulces
Hace meses, comentando en
"Historia del Ajedrez Español" los pormenores
del Internacional de Gijón de 1947 (recuerdo ardiente en mi
corazón), alguien publicó mi partida contra Antonio Rico
(¡gracias, pues yo no la tenia!). Esa partida fue la
primera en una larga cadena de "partidas
agridulces" en mi vida de ajedrecista. Recuerdo
haber dicho que algún día escribiría sobre el tema...
¡y aquí estoy!
Yo llamo partidas agridulces a aquellas que combinan, en
cierta forma, sensaciones opuestas que pueden ir desde la alegría
hasta la agonía o el éxtasis. Como algunos platos chinos, tienen
un sabor dulce y un fondo agrio. Estoy seguro, querido
lector, que a medida que veas mis ejemplos recordarás
alguna de tus partidas, pues es una enfermedad que aflige a
todos los jugadores de torneos (incluso, aunque rara
vez, a los Grandes Maestros).
En mi partida con el amigo Antonio Rico (campeón de
Asturias), jugada en mi Gijón natal en Julio de 1947, la alegría
de una combinación bonita (comenzada con un sacrificio de
alfil para seguir con Cf6+) se vio enturbiada por el pesar
de tener que aceptar su ofrecimiento de tablas en posición
ganadora pues la bandera de mi reloj estaba al caer. Ver
partida.
Después de degustar este plato agridulce, pude saborear
otros similares a lo largo de mi carrera en el tablero:
* LA HABANA 1952:
Tras no haber jugado torneos durante 4 años, me enfrenté
al M.I. Eldis Cobo (campeón de Cuba y, como Medina, ganador de un
US Open).
La alegría por el éxito obtenido al aplicar la estrategia de "sacarle del libro"
con una variante quizá inferior pero desconocida de la
Holandesa, dio paso a la pena (o la vergüenza) de ver, pero no
ejecutar, la simple jugada ganadora 25.T5d3!. La lucha
finalizó en tablas. Ver
partida.
A pesar de todo, tuve la enorme satisfacción de finalizar
en sexta posición,
ganando un puesto en el equipo de Cuba que acudiría a las
Olimpiadas de Helsinki... aunque por avatares del destino,
finalmente decliné formar parte de la selección cubana.
* NEW JERSEY OPEN 1968:
Tras estar retirado del ajedrez durante 16 años (debido a
mi vida profesional, que incluyó una nueva emigración, esta vez de Cuba a
Estados Unidos, donde creé una
familia), regresé a los tableros en el New Jersey Open. Las
cosas marchaban sorprendentemente bien: iba en cabeza, imbatido,
pero tenía que enfrentarme a uno de
los mejores jugadores de New Jersey, George Kramer. La
felicidad de estar jugando una buena partida y tenerla
"ganada" se vio apagada por la agonía de echarlo todo a perder
con una simple mala jugada. La partida finalizó en tablas.
Ver
partida.
Finalmente no pude lograr el triunfo en el torneo, pero
fue sensacional comprobar que aún podía jugar contra "los mejores"
después de tanto tiempo: logré estar entre los 10 mejores de
Gijón (1944) o los 10 mejores de
Madrid (1946), para años después estar entre los 10 mejores de Cuba (1952)
o los de New Jersey (1968).
Gene
jugando una partida con su hijo Henry con el juego que Alekhine
usó en el torneo internacional de Gijón 1944
* CONNECTICUT,
Abril-1991:
Como uno de tantos fuertes aficionados que le pueden dar
un susto a cualquier Gran Maestro que se
descuide, tuve una bonita experiencia en Connecticut. Me
tocó jugar en dos partidas sucesivas contra dos famosos Grandes
Maestros: Arthur Bisguier y Robert Byrne. Resultado: una
ganada y una tablas.
Mi partida contra Bisguier me recuerda el sabor
agridulce de lo vivido ante Rico 44 años antes. Una bonita
combinación, que dio lugar a una posición ganadora, se
vio truncada al tener que ofrecer tablas debido a la presión
del reloj. Ver
partida.
¿Hubiera podido ganar mis partidas contra los dos
Grandes Maestros?... ¡NO! Como comenté antes, incluso los
Grandes Maestros pasan por momentos en los que prueban el sabor agrio:
mi
partida contra el GM Robert Byrne fue un regalo, incluso al final
Byrne podría haber conseguido unas tablas jugando
60...Re5 en vez de Rc5. Ver
partida.
* LAS VEGAS
- National Open 1995
A los 67 años, jubilado y con mi propio negocio de
Consultor ya organizado, me encontré liberado de la
enorme presión a la que todo ejecutivo de empresa está
sometido, disponiendo, además, de tiempo libre casi por
primera vez en mi vida. Es decir, por
fin pude dedicarme a jugar ajedrez de forma seria, lo que
se vio reflejado en una subida considerable de mi "rating"
(hasta 2289) y también repercutió en la calidad de mis partidas
en el aspecto creativo.
Con la madurez de la edad empiezo a poner mas énfasis en
"crear arte", pasando el resultado de la partida
a un estado secundario. En este
torneo jugué contra un GM (Bisguier), un MI (Saidy), un MF
(Pupols), una IWM. (Belavskokaya) y un maestro de
Brasil. Derroté a Pupols y entablé el resto de partidas
jugadas ante maestros.
En esta ocasión la partida agridulce fue otra vez la
jugada contra
Bisguier, ¡pero esta vez fue agridulce para él! Cuando jugué 46.e6!!,
Bisguier me miró con ojos de asombro y me ofreció
tablas. En el análisis post-mortem me confesó que estaba seguro de que iba a
ganar, parece ser que anteriormente había ganado varios finales con este mismo
tipo de posición. Ver
partida.
Mi
mejor partida de ataque y mi mejor combinación...
agridulces
* En el "Invitational Tournament" de
Westfield (1976) jugué una original partida de ataque contra Scott
Massey. Durante años me sentí orgulloso de esta victoria, que
fue realmente emocionante. Cuando la seleccioné para publicarla en nuestro
libro... el maldito programa Fritz la transformó, pasando
de ser "brillante" a ser "agridulce".
Dulce
por su contenido emocional durante la lucha y por su
originalidad, pero también agria ya que de acuerdo con Fritz,
¡debiera
haberla perdido!. Por esa razón, no la publicamos en el
libro, pero sí creo que es digna de mención, al menos como
"partida agridulce". Ver
partida.
* Por ultimo, la
partida más frustrante que jamás jugué,
la mas agria entre mis "agridulces"... y sin
embargo aún dulce:
Era el U.S Open, en New York 1986, y jugaba contra la joven
brasileña Regina Ribeiro. Durante la partida concebí la
que tal vez es la combinación mas original de mi vida.
Con una duración de tan sólo 6-7 jugadas, la
combinación iba a finalizar en jaque mate cuando mi peón
coronase al tomar el alfil de
rey del blanco en f1 y escogiese un caballo en vez de una
dama!!. Sin embargo, de forma inconcebible me confundí en el orden de las jugadas y
¡lo eché todo a perder! (ver partida #24 en mi libro.- La jugada 34...e2?? fue
una transposición funesta!). Ver
partida.
Por
ultimo, quiero finalizar este apartado de partidas con
doble sabor con una nota tan dulce
como el azúcar (de tanto significado en mi vida), sugiero
al lector que reproduzca mi partida contra el MI John
Watson en el World Open 1996, una partida dulce-dulce pues
creo que la jugué bien de principio a fin y tuve el placer
de encontrar una simple pero hermosa combinación en el
final con 30.Tc4!!: Ver
partida.
Una
dulce despedida
Mis comienzos en el mundo del ajedrez se produjeron en el
país que me vio nacer: España. Recuerdo con especial
cariño las partidas ganadas a Fuentes y F. J. Pérez en
1946 y la victoria ante Medina un año después, todas
ellas bellas luchas de ataque, producciones tácticas de
las que uno siempre se siente satisfecho.
Cuando decidí retirarme de los tableros, casi 50 años
después, quise hacerlo jugando un torneo en mi España
natal; qué mejor manera de cerrar el círculo que
rememorando mis comienzos. Mi viejo amigo Mauricio Perea
me había dicho en varias ocasiones: "tienes que
venir a jugar a Linares"... y allí me dirigí,
en el año 1998, para disputar mis últimos combates en el
tablero. En Linares tuve el placer de ver como el fuego de
las partidas de combinación y de ataque aún seguía
ardiendo: Munk
Moretensen - Salomon y Ríos
del Moral - Salomon.
Eugene
Salomon
(8
Enero 2018)
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