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Los amigos que dejé en España

( Autor: Emanuel Lasker )

Introducción

         Emanuel Lasker visitó España tras su derrota ante Capablanca en el Campeonato del mundo de 1921. Tenía que regresar a Europa en barco y quiso olvidar el doloroso trance de haber perdido su corona visitando un país siempre acogedor y de buen clima. Lasker aprovechó su paso por España para buscar los círculos ajedrecísticos de las ciudades más importantes y ofrecer sus servicios, que, evidentemente, fueron contratados con gusto. Las vivencias de Lasker en España se pueden conocer a través del libro "Lasker, el difícil camino hacia la gloria" de Miguel Ángel Nepomuceno, una obra extensamente documentada que es de obligada lectura si se quiere llegar a la verdad sobre la vida del gran maestro alemán.

         Lasker publicó un pequeño artículo en De Telegraaf contando sus primeras vivencias en España, el cual me ha enviado el lector Ulrich Tann y que he traducido y publicado dado su interés (si existe cualquier problema de derechos de autor, procederé a retirarlo con la mayor rapidez).

         La primera escala ajedrecística de Lasker fue Madrid, donde jugó varias partidas amistosas con jugadores madrileños, dio una sesión de simultáneas ante 25 tableros (+17 =6 -1) e impartió una conferencia en la que habó de su reciente encuentro con Capablanca. Además disputó una partida de exhibición con Golmayo que finalizó en tablas: Ver partida. Lasker sólo pidió 300 ptas por sus servicios... Capablanca había pedido 2.000 un tiempo atrás por participar en actos similares. Después Lasker pasó por Zaragoza y Barcelona dando exhibiciones y conferencias, para terminar regresando a Alemania. A continuación pueden leer el breve artículo (Lasker no disponía de demasiado espacio para su columna en este periódico) que escribió Lasker para De Telegraaf:

Los amigos que dejé en España

Emanuel Lasker

Publicado en De Telegraaf nº 67, 3 de Junio de 1921.

         El viaje de regreso desde La Habana me llevó a través de la preciosa España. Primero Vigo, un hermoso puerto rodeado por tres de sus lados por verdes montañas. Luego la bella Galicia, León, la antigua Castilla -¡Valladolid!- y finalmente la capital, Madrid. ¡Y aún no he visto a un sólo jugador de ajedrez! ¿No hay un café de ajedrez por aquí? Me responden que no. Pero compro un periódico en la calle y me entero de que en el país de Ruy López el ajedrez todavía tiene amigos. En la primera página del conocido diario ABC encuentro una fotografía del Rey Alfonso XIII en el Casino de Madrid, sentado enfrente de Don Manuel Golmayo, con un tablero de ajedrez ante sí.

        En este Casino se está disputando un torneo de ajedrez, el primer torneo nacional organizado en España (Ver datos del torneo). Soy muy amablemente recibido. El torneo se interrumpe durante dos días y se organizan un baile, una partida concertada con Don Manuel Golmayo y una tarde de conferencias.

Capablanca y Lasker, años después de su duelo por el Campeonato del mundo

        Pregunté por las partidas del torneo y seleccioné algunas. Son una prueba, para mí, de que España ha regresado de nuevo al juego del ajedrez. En la corte del Rey Felipe II jugó Ruy López, el descubridor de una de las aperturas más consistentes (Apertura española)... ahora ya tiene sucesores en España.

        Manuel Golmayo, hijo de una persona muy conocida dentro del mundo del ajedrez que había organizado los encuentros entre Steinitz y Tchigorin en La Habana hace 30 años, es un maestro. Una lógica estricta estampa su estilo. Quizás esta cualidad se ajusta a un compatriota de Ruy López.

        Aquí tienen una de las partidas del torneo:

Apertura siciliana

Autrán, Antonio María - Golmayo de la Torriente, Manuel

Jugada en el Torneo Nacional de Madrid, mayo de 1921

1.e4 c5 2.Cf3 Cc6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 e6 6.Cdb5 Ab4 7.a3 Axc3+ 8.Cxc3 d5 9.exd5 Cxd5 10.Cxd5 Dxd5 11.Dxd5 exd5

Las posiciones de ambos bandos están enfrentadas casi de forma simétrica. Ahora las blancas deben continuar con Af4. Con 12.Ad3 cometen un pequeño error. Es instructivo ver la rapidez con la que el negro entra en la partida 12.Ad3 Ce5 13.Ab5+ Ad7 14.Axd7+ Rxd7 15.0–0 Aquí Ae3, seguido de 0-0-0, parecía mejor 15...Tac8 16.c3 The8 17.Td1 Rc6 18.Tb1 b5 19.Ae3 a5 20.Ad4 a4 el negro ahora está mucho mejor, ya que b2 sigue siendo débil 21.Axe5 El error definitivo, aquí podría haberse jugado Rf1. El siguiente final es efusivo debido a su solución lógica 21...Txe5 22.Td4 Te2 23.g3 Tce8 24.Rg2 Tc2 25.Tf4 f6 26.h4 Te4 27.Tf3 Rc5 28.b3 axb3 29.Txb3 Ta2 30.Rf1 Ta1+ 31.Rg2 Ta4 32.Tb2 T1xa3 33.Td2 Ta2 34.Td1 Ta7 35.Tfd3 Td7 36.Td4 Ta4 

37.T4d3 Tc4 38.Tb1 d4 39.cxd4+ Tcxd4 40.Tc1+ Rb6 41.Tb3 b4 42.Tcb1 Rc5 43.T3b2 Tc7 44.Ta1 Tb7 45.Rf3 Tc4 46.Rg2 Tc3 47.Rf1 b3 48.Tab1 Rc4 49.Re1 Tc2 50.Txc2+ bxc2 51.Tc1 Rc3 0–1

Emanuel Lasker

(Publicado en De Telegraaf, 3 Junio 1921)

 

 

Un puzzle al que le faltan piezas

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