Una
época curiosa, tiempo de retos

( Autor: ©
Javier Cordero Fernández )
Acabamos de entrar en los años 30 y poco ha variado el
panorama en el ajedrez español, donde se sigue
compitiendo exclusivamente a nivel local. Sin embargo, se
empieza a percibir un movimiento creciente, surgen nuevos
clubes, nuevas iniciativas, nuevos impulsos encaminados a
mejorar las cosas. Es un tiempo de caballeros y sobre todo
es un tiempo de plantear retos, los cuales siempre son
aceptados... no era cuestión de dejar pasar la
oportunidad de mover las piezas.
Y de este modo, en 1931 nació un reto ajedrecístico que
tuvo su origen en una simple fotografía, la cual dio pie
a una curiosa historia que uniría a ajedrecistas que se
encontraban separados por 5.522 km y por una inmensa masa
de agua también conocida como Océano Atlántico. Todo
comenzó con la disputa del 1er Campeonato de Madrid, el
cual fue ganado por José Sanz Aguado. Pueden ver todos
los detalles del campeonato en: I
Campeonato de Madrid 1931. Durante la
entrega de premios se tomó la siguiente fotografía que
inmortalizaría el momento en el que Sanz recibió su
trofeo de ganador:

Entrega
de premios del I Campeonato de Madrid 1931
La fotografía fue publicada en el Diario ABC, que
también publicó distintas reseñas durante el torneo. En
aquella época era habitual disponer de periódicos de las
ciudades más importantes del mundo, lo que representaba
una forma de estar informado de lo que ocurría en cada
rincón del planeta. De este modo, un ejemplar del diario
ABC llegó a la lejana ciudad estadounidense de Providence
(Nueva Inglaterra) y dicho ejemplar fue ojeado por un
jugador de ajedrez de la localidad, que pudo observar, con
creciente interés, la foto que se encuentra sobre estas
líneas en la que se ve a varios de los participantes del
campeonato que había finalizado en el mes de Junio. La
curiosidad por conocer el nivel de los jugadores que
posaban en la fotografía, llevó a este aficionado a
plantear el siguiente reto, el cual lanzó a través de
una original carta:

Este reto, lanzado de una forma tan curiosa, fue acogido
con entusiasmo por los jugadores madrileños, que no
dudaron en aceptar el desafío y comenzaron la disputa de
varias partidas con su simpático rival. En concreto,
éstos fueron los jugadores que jugaron contra Otis Wildes:
Ramón Duart, Enrique Lacasa, L. Chamero y Sardinero. Por
desgracia, a pesar de que Golmayo prometió ir informando
del desarrollo del reto en ABC, nada más se supo de las
partidas. Tal vez la lentitud en el desarrollo de las
mismas, ya que las cartas entre Madrid y Providence
podían tardar una eternidad en llegar, hizo que el
encuentro quedase sumido en el olvido y sólo en el
recuerdo de los participantes.
Esta es una historia curiosa de una época curiosa,
tiempos distintos en los que imperaban unos valores de los
que hoy en día no queda sino el recuerdo.

Vista
de la ciudad de Providence (Estados Unidos)
Javier
Cordero Fernández
(04
Enero 2018)
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