El
match Golmayo vs Howell, Madrid 1922

( Autor: ©
Javier Cordero Fernández )
En un ajedrez estacionario, en el que las iniciativas eran
tan escasas que sólo se percibía quietud, un match entre
el campeón de España y un reputado jugador estadounidense
representó todo un acontecimiento. Eran tiempos de
actividades locales, de torneos sociales, de jugar
constantemente contra los mismos rivales y pasar años sin
organizar un torneo nacional o internacional. Y esto
ocurría en Barcelona y Madrid, grandes epicentros del
ajedrez español en los años 20.
Incluso este encuentro nació fruto de la casualidad, ya
que simplemente se aprovechó la estancia de Clarence
Seaman Howell en Madrid por negocios, estancia en la
capital que se prolongó durante meses. Casualidad muy
propicia, ya que Howel había sido campeón del Club de
ajedrez de Brooklyn y también del Estado de New York (su
fama le precedía, ya que Capablanca le había catalogado
como el mejor jugador amateur del mundo), por
lo que representaría un interesante reto para Manuel
Golmayo. El talento de Golmayo se estaba desperdiciando,
ni siquiera existía un rival que se atreviese a retarle
por la corona nacional vista su neta superioridad y se
encontraba en una situación de semirretiro, más centrado
en su carrera militar en la que había ascendido a
Comandante del Estado Mayor (su hermano Celso también era
militar, en este caso Capitán).

Clarence
Seaman Howell
De este modo, se
concertó un match entre ambos jugadores que dio comienzo el 3 de Junio de 1922.
Se estipuló que se jugarían dos partidas por semana, las
cuales darían comienzo
a las 17:00, teniendo como tiempo límite las 21:00 para
su aplazamiento, siendo reanudadas en tal caso al día siguiente. La
primera y la última se jugaron en el Casino de Madrid, el
resto en el Liceo de América.
Desde el pistoletazo de salida Manuel Golmayo jugó de forma
impetuosa, dando rienda suelta a un instinto que
permanecía aletargado por la inactividad, lanzando sus
piezas siempre en busca del rey enemigo sin temor a correr
riesgos, lo que dio gran interés a varias de las
partidas.
Golmayo,
Manuel - Howell, Clarence Seaman
Primera
partida

Con
el caballo negro en b8 y el rey sin enrocar, Golmayo
decidió pasar al ataque con: 13.Axc4, lo que
generó un fuerte ataque donde la pareja de caballos
blancos pusieron las cosas muy difíciles a Howell, que
finalmente logró salvar la partida con unas tablas
Howell se mostró muy sólido durante todo el match,
conduciéndose con seguridad en el terreno posicional, tal
como hizo en la segunda partida que se decantó con
claridad de su lado. Golmayo se sobrepuso al golpe y
volviendo a tomar riesgos logró desarbolar a su rival en
la tercera partida, logrando una bonita y rápida victoria
que dejaba el encuentro igualado. El viernes 9, antes de
la tercera partida, se celebró un banquete en honor de
ambos jugadores.
La cuarta y la quinta
finalizaron en tablas, aunque de una forma muy distinta: la
primera fue entretenida y con
alternativas, mientras las crónicas mencionan que la
quinta fue la menos animada del match.
Howell,
Clarence Seaman - Golmayo, Manuel
Cuarta
partida

El
rey blanco está en mala situación, por lo que Golmayo
decide asestar un duro golpe que le dará el dominio del
centro: 12...Cdxe5. Howell volvió a defenderse con
gran orden y consiguió controlar las acometidas de su rival
El encuentro llegó a la última partida empatado, lo cual
parecía un resultado justo. Y la última partida fue
otra bonita lucha en la que Golmayo jugó con gran maestría el
final, apuntándose el triunfo en un match que no
defraudó a la gran cantidad de aficionados que siguieron
las partidas. Esta última partida contó con un
invitado de excepción: Alexander Alekhine, que presenció
el desenlace de este entretenido encuentro. Alekhine se
encontraba en Madrid de paso, ya que se estaba inmerso en
una gira por ciudades de Andalucía y Levante
(anteriormente había visitado Barcelona, donde dio una
simultánea a la ciega a 12 tableros (+11 =1) y otra de
partidas normales ante 20 rivales obteniendo un pleno de
victorias). Curiosamente, mientras se estaba jugando
la partida, los organizadores del match recibieron una
carta de José Raúl Capablanca en la que trataba la
posibilidad de organizar el campeonato del mundo en
Madrid... a lo que Alekhine prestó mucha atención.
Capablanca recordaba las condiciones de su famoso 'muro
dorado', en las que pedía 10.000 dólares de oro para
aceptar a un aspirante a su título. Así mismo, estimaba
que la organización del evento costaría unas 75.000 ptas
en gastos de viaje y estancia. La carta se recibió con
entusiasmo, ya que esas cifras eran perfectamente
asumibles para la organización... aunque el muro dorado
fue demasiado alto y robusto, por lo que la iniciativa
terminó fracasando.
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5 de las 6 partidas del match |
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Conozcamos
un poco más al rival de Golmayo
Durante sus andaduras en el ajedrez, Howel no se limitó
únicamente a mover las piezas, también fue
un reputado columnista. Ha llamado mucho mi atención un
artículo que publicó en el que habla sobre los campeones
del mundo y sobre Alekhine en particular. El
texto, extraído de American Chess Bulletin, fue
escrito a medados de los años 30:
"Durante varios años, sentimos que había algo poco convincente
en la obra de Alekhine. Ha habido cuatro reconocidos campeones del mundo: Steinitz, Lasker, Capablanca y Alekhine. Antes de ellos, Morphy tenía un derecho claro a tal título si
hubiese existido. El juego de Morphy, juzgado según los estándares modernos, fue muy insatisfactorio, pero su éxito
demostró una gran superioridad en su tiempo. Steinitz tenía excentricidades, pero un poder que era dominante y convincente. Lasker fue el gran
competidor. Capablanca fue el gran invulnerable. Alekhine era y es diferente.
Es brillante y un gran jugador, pero su juego no convence. Al juzgar sus
partidas como un todo, uno siente que Morphy y cualquiera de los tres campeones anteriores en su mejor momento
le hubieran derrotado en un
match. A juzgar sólo por sus partidas, quien esto escribe también
cree que Pillsbury y Marshall, y posiblemente Schlechter, en su mejor momento podrían
haberle
derrotado".
"Y, sin embargo, tenemos dudas sobre dos nociones ligeramente vagas: (1) dudamos si Alekhine a menudo ha demostrado todo
lo que puede dar en un match; (2) estamos seguros de que Alekhine aún no ha
comprendido por sí mismo cómo se debe jugar al ajedrez. Había algo
de "lobo solitario" en Lasker. Reti indicó que él no estableció ninguna escuela. Lasker, sin embargo, fue un excelente
competidor y no tenía dudas sobre sí mismo ni sobre cómo
debía jugar. Cierto estudioso del ajedrez, de gran
experiencia, nos ha dado últimamente una posible "clave" con respecto a Alekhine.
Nos comenta que el campeón del mundo actual siempre está experimentando, y creemos que sus
partidas lo demuestran. Parece que todavía no está convencido. De estilo moderno,
Alekhine no es hipermoderno ni ultramoderno en su convicción. Probablemente
cree que jugar estrictamente
a "no perder" lastra la imaginación de un jugador, pero también es casi seguro que sabe que jugar "siempre
a ganar" es arriesgado. Por lo tanto, su juego es una mezcla, y creemos francamente que a veces cambia su
estilo durante el medio juego. Si tuviese una mente mediocre, su vacilación deletrearía un fracaso completo. En realidad, su mente es brillante, y tiene éxito. Sospechamos que a menudo
se produce en él una lucha interior mayor que la lucha contra su
oponente".
Las palabras de Howell no son precisamente elogiosas hacia
el campeón del mundo vigente... y eso que el
estadounidense había tenido la oportunidad de sufrir el
"incorrecto" ajedrez de Alekhine una década
antes, curiosamente en Madrid: el campeón del mundo
visitó de nuevo la capital en Enero de 1923, medio año
después del match Howell-Golmayo, y Howell,
retenido por sus negocios, todavía se encontraba allí,
por lo que los círculos
ajedrecísticos madrileños decidieron no dejar pasar la
ocasión organizando una partida de exhibición entre el
Gran Maestro ruso-francés y el aficionado estadounidense.

Imagen
de la partida en la que curiosamente Alekhine aparece casi
tapado
Rodeados de una gran multitud, Alekhine y Howell
comenzaron a mover las piezas en una partida que
representó un gran acontecimiento para los aficionados
madrileños. Alekhine realizó uno de "sus experimentos" en el medio juego,
barriendo literalmente a su rival con un ataque rápido e
imparable. Una partida muy típica de Alekhine, que
siempre tuvo muy clara su responsabilidad con el aspecto
creativo del ajedrez, algo que tal vez Howell no
entendía. Así se desarrolló la partida:
Y esta ha sido la historia de un acontecimiento importante
para el ajedrez español en unos tiempos de quietud y
complicaciones donde la presencia de un jugador amateur
levantó gran expectación. Este encuentro forma parte de
los cimientos, que comenzaron fraguándose con pequeños
materiales, que sirvieron para que el ajedrez español
creciese y se pudiese expandir, y cada fragmento de esos
cimientos merece ser recordado y rememorado.
Javier
Cordero Fernández
(02
Febrero 2018)
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