Desvelando
los misterios del ajedrez... y algo más

La vida
de Miguel Ángel Nepomuceno
( Autor :
Javier Cordero Fernández -
© Ajedrez
de ataque )
En el mundo del
ajedrez la celebridad parece reservada a los ajedrecistas
y sus jugadas más brillantes. Pero sólo lo parece. El
tablero y sus piezas atraen de forma irremediable a
personajes interesantes, mentes inquietas con ganas de
descubrir nuevos horizontes que pueden aportar grandes
cosas al universo inabarcable del ajedrez. Éste es el
caso del protagonista que vamos a conocer hoy: el
periodista leonés Miguel Ángel Nepomuceno.
Ante todo, Miguel Ángel
Nepomuceno fue un investigador, pero en toda la extensión
de la palabra: buscador incansable, rastreador de libros,
siempre paciente hasta poder confirmar cada dato, sin
importar el tiempo que hubiese que invertir, en ocasiones
años. La figura del investigador se ha desvirtuado en los
tiempos que corren, donde la información está a la corta
distancia de un sólo click, con una cercanía que
en ocasiones hace caer en la consulta de fuentes erróneas
en una red que esconde mucha información falsa. A través
de este artículo vamos a realizar un recorrido a lo largo
de la vida de un periodista apasionado por su profesión
que disfrutó con cada artículo, con cada libro y con
cada partida que produjo.
Los
misterios del tablero

Es habitual que los
periodistas de ajedrez hayan tenido un pasado como
jugadores. Sólo habiendo comprendido la verdadera dimensión
de este deporte desde dentro, se puede escribir con el
conocimiento necesario. El caso de Miguel Ángel
Nepomuceno no es la excepción: primero sintió el embrujo
de las piezas de ajedrez y más tarde el de las letras,
aunque finalmente el afán investigador se terminó
imponiendo.
Miguel Ángel Nepomuceno nació el 29 de Septiembre de
1947, en la ciudad de León. Aprendió a jugar al ajedrez
a los 9 años... aunque no del todo, ya que el encargado
de enseñarle, un amigo, le mostró mal el movimiento del
caballo y estuvo un tiempo realizando de forma incorrecta
cada jugada de esta pieza. Una vez corregido este lapsus,
que por cierto me recuerda a una historia similar
protagonizada por Ludek Pachman, el pequeño Miguel Ángel
empezó a dar sus primeras muestras de talento ante el
tablero, algo confirmado con buenos resultados en sus
primeras participaciones en campeonatos escolares. Pero no
fue sencillo para un niño acercarse a los círculos de
ajedrez, los cuales, atestados de jugadores veteranos, no
parecían el lugar adecuado para un jovencito. En León
dominaban el ajedrez local los José Traseira, Farrapeira
y Antolín, que en 1962 se reunían en el Bar
Cantábrico... donde solían prohibir la entrada a Miguel
Ángel, que por aquel entonces tenía 15 años, aduciendo
que lo que tenía que hacer era estudiar, siendo
Farraperira el encargado de que se cumpliese la medida.
Esto no le desanimó en absoluto y siguió rondando un
tablero de ajedrez siempre que tuvo ocasión. Ya en esos
días trabó una gran amistad con otro de los jugadores
más destacados de León, Enrique Fernández, amante de la
música y el teatro, a los que dedicó su vida.
El joven Nepo dio continuidad a los resultados positivos
que estaba logrando, llegando a conseguir el primer puesto
en el Campeonato de España escolar (1965), lo que le
reportó el entusiasmo necesario para tomar una firme
decisión: ser jugador de ajedrez profesional. Esta
resolución fue tomada cuando tenía 17 años de edad, tal
vez marcada por la pasión con que se vive cualquier
actividad en la juventud, pero, curiosamente, fue
mantenida con el paso del tiempo... con un paréntesis, en
el que sus padres le dijeron que se fuese olvidando del
ajedrez y fuese pensando en sumergirse en los libros para
formarse con una carrera universitaria.
Aquella época no era demasiado propicia para dedicarse al
ajedrez en España. Prácticamente sólo Pomar, Medina,
Torán y Bellón lo hacían de forma profesional y siempre
condenados a vivir de una forma modesta, ya que las ayudas
eran inexistentes y los torneos poco abundantes. Pero esa
fue la vida que escogió nuestro protagonista, camino
complicado, pero lleno de satisfacciones.

Miguel Ángel
Nepomuceno, en 1970
Más adelante
triunfó en varias semifinales del Campeonato de España juvenil,
venciendo a varios nombres que llegarían a ser ilustres del ajedrez español. Incluso se llegó a clasificar
para el Campeonato del mundo juvenil de 1965 por aquella
victoria en el nacional escolar, torneo al
que no pudo acudir y que fue ganado por Bojan Kurajica,
precediendo a jugadores que se harían muy conocidos como
Tukmakov, Hübner o Farago.
Una vez superada su etapa escolar, Nepomuceno comenzó un
peregrinaje que le llevó por distintas ciudades en los
siguientes años, dejando
su sello en todas ellas. Su primer destino fue Salamanca,
donde comenzó a cursar estudios de medicina, con un
tablero de ajedrez siempre al lado del bisturí. En 1969
logró ser campeón absoluto de la provincia.
Pero esta época no
duró demasiado y sus pies inquietos pusieron rumbo a la
siguiente estación: Asturias. En el principado continuó
sus estudios de medicina, que posteriormente decidió
abandonar ante el empuje del ajedrez en su vida. Lo que
también tuvo continuidad fueron sus triunfos en el
tablero, ya que logró ser campeón absoluto de la
provincia en dos ocasiones (1971 y 1975) y campeón por
equipos en otras cuatro (enrolado
en el Real Oviedo y después en el C. A. Halesa). Asturias llevaba tiempo siendo una
plaza fuerte dentro del ajedrez español, sobre todo tras
la guerra civil, por lo que estos triunfos tienen un gran
valor, ya que enfrente tuvo a jugadores de la talla Pablo
Morán, Antonio Rico o José Luis Fanjul: Pueden ver las
tablas de sus triunfos: Cto.
de Asturias 1971 y Cto.
de Asturias 1975, así como lla tabla del
subcampeonato que logró en
1972 en una lucha encarnizada e igualada
que se dirimió por sólo medio punto de bucholz. Durante esta época, en concreto en 1971, comenzó sus
estudios de Periodismo (que finalizaría en 1973), todavía
sin saber que esa nueva pasión sustituiría en un futuro
a su querido ajedrez.
En 1979 logró batir
el récord de España de partidas simultáneas, con un
total de 105, superando la marca que había logrado
Antonio Rico 30 años atrás cuando jugó ante 100
tableros en Oviedo (1948). Lo consiguió en León, jugando ante rivales
de segunda y tercera categoría, con un porcentaje del 90%
de victorias: Ver
detalles de ambos récords. El récord actual lo tiene el MI Daniel
Rivera, con 201 partidas, logrado en Pontevedra (2009).
Aunque este tipo de marcas hay que analizarlas con
frialdad, ya que su mérito depende en gran medida de los
rivales a los que se enfrente el maestro. Por ejemplo, en
el récord de Daniel Rivera hubo muchos niños entre los
participantes, lo que resta dificultad a la prueba.

Miguel Ángel
Nepomuceno, en 1972
Fueron tiempos de
constantes viajes por toda la geografía española, de
open en open, de enroque en enroque, persiguiendo el sueño
de ser jugador profesional, el cual cobró forma a través
de buenas actuaciones que le sirvieron para obtener 3
normas de Maestro Internacional: Calella y Sitges en los años
70 y Valencia (1986), aunque otras normas se habían
quedado en el camino al haber sido mal tramitadas. En España
apenas se organizaban torneos cerrados, por lo que
proliferaban los Open, que más adelante atraerían a gran
cantidad de Maestros del este. Para el recuerdo quedaron
muchos kilómetros por carretera y muchos nuevos amigos
con los que compartió las experiencias del tablero.
Veamos a continuación algunas buenas actuaciones que tuvo
en el tablero:
Tras su estancia en
el paraíso natural asturiano volvió a hacer las maletas
y puso rumbo a Cataluña, lugar preferente dentro del
ajedrez español por número de torneos y de jugadores.
Allí jugó durante varias temporadas en el club de
ajedrez Olot, compartiendo tablero con el ilustre Antonio
Medina, Francisco Javier Sanz (campeón de España) y Óscar
Castro; juntos lograron el subcampeonato de España por
equipos en 1980. Tras jugar en Olot, pasó a enrolarse en
las filas del Centelles de Barcelona. Durante este periplo
intercaló triunfos en otros lugares, como el campeonato
absoluto de León (1978). También participó en siete
finales del campeonato de España absoluto. A continuación
pueden consultar su palmarés:
1985 fue un año de
buenos resultados, destacando su actuación en el Open de
Gijón, considerado el más fuerte del año por el alto número
de jugadores titulados. Miguel Ángel logró finalizar
empatado en la 3ª posición tras lograr una meritorias
tablas ante Rivas y superar a Estremera en la última
ronda; el torneo contó con otros jugadores de renombre
como Román Hernández, Eslon, Gil Reguera, Ochoa, Martín,
De la Villa, Romero o Yap. Sólo unas semanas después
pudo lograr el triunfo en el Open de Sitges, el cual se
escurrió entre sus dedos como un líquido denso que
parece que podremos contener, pero al final terminá
pasando entre un pequeño hueco. Nepomuceno llegó a la última
ronda con aspiraciones máximas, a sólo medio punto del líder.
Le tocó enfrentarse a Francisco Javier Ochoa y logró una
posición prometedora, con clara ventaja... que se
difuminaría en los apuros de tiempo tras un sacrificio de
pieza de su rival. Ochoa fue finalmente el ganador, que
bien podría haber sido Nepomuceno con un poco más de
suerte: la crueldad del sistema suizo le catapultó de un
posible primer puesto al decimosexto.
Su estilo en el
tablero, tal como podréis comprobar en sus partidas, es táctico...
a la hora de definir a un jugador es ineludible situarle
en uno de los dos grandes bandos del ajedrez: los
jugadores posicionales o los jugadores tácticos, tal vez
no sea exacto etiquetarlos de esta forma, pero sí
necesario para poder conocer en profundidad a cada
maestro. Nepomuceno firmó una gran cantidad de partidas
de ataque, aunque por desgracia muchas de ellas no
quedaron registradas de forma oficial y han pasado al olvido... hoy recuperaremos varias, labor que considero
importante y de justicia para recordar y perpetuar el
legado de cada maestro.
En 1986 Miguel Ángel
Nepomuceno decidió dar un cambio radical a su vida y
abandonó el ajedrez con el propósito de dedicarse de
lleno al periodismo. Lo hizo justo tras haber logrado su
tercera norma de Maestro Internacional, por lo que
consiguió el ansiado título, aunque nunca lo llegó a
'estrenar'. La preparación para participar en torneos es
demasiado exigente, lo que convierte al ajedrez en una
actividad excesivamente absorbente. Otras disciplinas habían
llamado la atención de Miguel Ángel y decidió que era
el momento de buscar nuevos horizontes.
Este apartado sólo
puede llegar a su fin de una forma: con las partidas del
protagonista, que al fin y al cabo son su aportación
imperecedera al mundo del ajedrez. Nepomuceno logró
muchas victorias de prestigio, como sus triunfos ante
Bronstein, Petrosian, Larsen o Topalov. La victoria ante
Bronstein fue lograda en unas simultáneas que Devik dio
en León, aquí tenéis la partida: Bronstein
- Nepomuceno. A continuación podéis ver sus victorias más llamativas
a nivel táctico (no os perdáis la jugada ante Raupp, una
maravilla):
Los
misterios de los ajedrecistas

La vida en el tablero
había llegado a su fin, pero no la pasión por el
ajedrez, que pasó a ser tratado desde otro punto de
vista. Nepomuceno se dedicó a dos vertientes: investigación
y publicación. A mediados de los 70 había tenido sus
primeros contactos con el periodismo, aunque siempre
compaginados con la participación en torneos y la vida de
ajedrecista profesional.
Una vez retirado de
los tableros comenzó una frenética actividad dentro
de los medios escritos. Pero no se centró exclusivamente
en el ajedrez, sino que abarcó distintas disciplinas
(algunas serán tratadas en la parte final del artículo).
Dentro del ajedrez son muy conocidas sus series sobre
jugadores, como "Los mejores de todos los
tiempos" y "Elegidos para la gloria"
(dedicada a los campeones del mundo), ambas publicadas
en las revistas de ajedrez de la época como
Ajedrez Canario, Gambito o Jaque.
Durante muchos años
siguió el rastro de algunos célebres maestros a su paso
por España, como los casos de Lasker, Capablanca y
Alekhine. Sobre Alekhine ha investigado en profundidad
todo lo relacionado con su polémica muerte, posicionándose
del lado de los que opinan que la versión oficial fue un
montaje y el campeón del mundo pudo ser asesinado... pero
para poder conocer los detalles de sus investigaciones tendréis que esperar a que publique sus conclusiones.
El apellido
Nepomuceno es de sobra conocido por el aficionado al
ajedrez y generalmente lo es por alguno de sus libros. De
entre ellos destaca su obra sobre Lasker, un trabajo
colosal y brillantemente escrito que se prolongó durante
15 años en una época donde no existían las hemerotecas
digitales, por lo que tuvo que rastrear todo tipo de
libros y revistas. En la Biblioteca Nacional le conocían
bien, allí pasó cientos de horas perfilando su querido
Lasker y solían saludarle a primera hora de la mañana,
mientras le traían una montaña de libros y revistas, con
las siguientes palabras: "¿Qué tal ha desayunado
hoy el Señor Lasker?". También
realizó varias traducciones al castellano de alguno de
los libros más célebres de la historia del ajedrez. Su
obra es extensa e incluye varios documentales para
televisión, podéis verla en detalle en el siguiente
enlace: Obra
de Miguel Ángel.
Aunque la obra de Lasker podría haber palidecido ante
otro libro que Nepomuceno preparó durante años, pero que
nunca llegó a ver la luz. Se trata de su investigación
sobre Alekhine, la cual se prolongó durante toda su vida
periodística, páginas y páginas sin fin que recogían
cada aspecto de la existencia del ex-campeón del mundo.
La elección no pudo ser más acertada, Alekhine tal vez
sea el ajedrecista con una biografía más fascinante,
desde sus convulsos inicios durante la revolución rusa,
su mítica rivalidad con Capablanca o sus polémicos
últimos años. Nepomuceno lo sabía todo sobre Alekhine,
aunque siempre comentaba que ese libro nunca sería
publicado, como así ocurrió.
Como comprenderéis,
documentarse para tantos trabajos es una tarea que sólo
se puede realizar con una amplia biblioteca detrás,
aunque el número resulta mareante: 5.000 libros de
ajedrez, conseguidos desde el año 1963. Esta extensa
biblioteca cuenta con otros 12.000 volúmenes de otras
temáticas y explica, unido a su gran memoria, la vasta
cultura que siempre demostraba tener.
Nepomuceno siempre se
caracterizó por un rasgo que le distinguía de la
mayoría de periodistas: daba una importancia capital a
una palabra que con el paso de los años se ha ido
desvirtuando, LA VERDAD. Miguel Ángel no buscaba
notoriedad ni fama, buscaba lo que todo buen historiador
busca, rescatar datos perdidos, pero lo hacía con una
máxima: documentarse con el máximo rigor posible, sólo
publicando datos que estuviesen absolutamente confirmados.
De este modo, siempre se opuso a los periodistas o
escritores que publicaban datos sin confirmar, lo que le
granjeó no pocas enemistades... lo que no le preocupaba
en absoluto. Miguel Ángel fue vicepresidente de la comisión
de Historia del ajedrez (reconocida por la FEDA y en trámite
de reconocimiento de la FIDE). Esta comisión vela por la
calidad de los escritos sobre ajedrez, buscando que las
publicaciones hayan sido escritas con rigor y a través de
una documentación fiable, persiguiendo los plagios tan a
la orden del día en Internet.
Su prestigio era tan grande, que Arturo Pérez Reverte le
reclutó para su proyecto Zenda, sitio donde
escriben algunos de los autores más destacados de España
y donde Miguel Ángel tuvo su rincón para escribir sobre
ajedrez: Miguel
Ángel en Zenda.
Los
misterios de la música

La música tiene un sitio
preferencial dentro del arte y es una actividad
imprescindible dentro de la vida de cualquier persona.
Reporta felicidad al ser humano y gracias a ella podemos
llegar a conectar con nosotros mismos a distintos niveles,
iluminando nuestros momentos más oscuros. Y la música
fue otra de las grandes
pasiones de nuestro protagonista, también trabajando en
ella como periodista (durante casi 40 años),
llegando a alcanzar un gran prestigio a nivel nacional e
incluso internacional.
La trayectoria de
Miguel Ángel en el mundo de la música es extensa,
llegando a escribir para distintos medios (nacionales y
extranjeros) como
Monsalvat, Scherzo, Gramophone u Opera actual. Crítico
incisivo e independiente, ha realizado cientos de
entrevistas a todo tipo de músicos, dando a conocer la
personalidad de los singulares genios de la música clásica.
A
base de trabajo se labró una gran reputación, como
lo prueba lo acontecido en el año 2003: la Casa Real
decidió encargarle la elaboración del programa de mano
del concierto que se dio en Madrid con motivo de la
festividad de la Almudena. Al concierto acudieron los
Reyes, el presidente del gobierno y representantes de
todos los partidos políticos. Nepomuceno ya había
realizado una tarea similar en los festivales más
importantes de España, como el de Palma de Mallorca,
Valladolid o Santander.
También
en la música aplicó sus inquietudes investigadoras,
rescatando del olvido a numerosos compositores leoneses o
buscando partituras que se encontraban olvidadas en
cualquier rincón de la geografía española.
Los
misterios de la vida

Tratar de abarcar
todas las investigaciones realizadas por Miguel Ángel
Nepomuceno resultaría una tarea hercúlea que daría para
un artículo más largo, o más bien para varios artículos,
así que he decidido centrarme en las más importantes y
las más curiosas.
Dedicarse
a la investigación puede resultar una tarea menos ardua
si se tiene la formación necesaria, por eso Miguel Ángel
dio mucha importancia a una amplia instrucción. Ya
sabemos que cursó estudios de Medicina y Periodismo, los
cuales compaginó con la carrera de Filosofía, aunque
también buscó explorar otras especialidades menos
comunes, completando estudios avanzados de iridología,
relfexología, yoga y macrobiótica en Barcelona y León...
una vida puede dar para mucho si se tiene la actitud
necesaria.
Un buen investigador
debe moverse e ir en busca de fuentes fiables. En muchas
ocasiones hay que buscar en lugares apartados, como
monasterios, donde se encuentran interesantes libros en
antiguas bibliotecas... y a veces te llevas sorpresas: en
el Monasterio
de Santiago de Peñalba (Ponferrada), en 1958, Nepomuceno
redescubrió (ya que habían sido descubiertas en 1923,
pero se extraviaron) las que son las piezas de ajedrez más
antiguas de Europa. Estas piezas, que podéis ver a
continuación, datan del siglo X. Podéis conocer esta
curiosa historia en el siguiente enlace: Piezas
de San Genadio.

Las labores
detectivescas se han sucedido a lo largo de su vida,
aunque una resalta sobre el resto. En 2007 se produjo un
importante robo en la Biblioteca Nacional de Madrid,
sustrayendo los amigos de lo ajeno dos mapamundis
fechados en 1482 y pertenecientes a la obra
de Ptolomeo Cosmografía. Aquí entró
en escena Miguel Ángel, que empezó a seguir la pista de
los mapas intentando desvelar cuando saldrían a la venta
en alguna subasta. El
trabajo dio sus frutos y consiguió localizar la casa de
subastas que había ofrecido los mapas, descubriendo que
lo había hecho a un precio ridículo comparado con lo que
se suele pagar por documentos de este tipo (64.000 euros,
cuando lo habitual es pagar en torno a 1.000.000 de
euros), lo cual representaba un indicio claro de que se
podría tratar de los mapas robados. Rápidamente, Miguel
Ángel alertó a la Guardia Civil y les proporcionó las
pistas necesarias para que, en colaboración con la
Interpol, detuviesen la subasta. Pero la investigación no
finalizó ahí y tras seguir indagando logró descubrir
que en realidad se habían robado 19 documentos, dato que
había sido ocultado por la Biblioteca Nacional.
Finalmente, los dos mapamundis fueron localizados en casa
de un anticuario de Australia y, por tanto, recuperados.
Anteriormente
Nepomuceno había desvelado otro asunto turbio relacionado
con la Biblioteca Nacional. Los responsables de dicho
centro habían escondido, durante 7 años, el Beato de
Fernando I y Doña Sancha aduciendo que se estaba
restaurando. En realidad, el manuscrito del siglo XI se
encontraba destrozado por la humedad, algo que había
ocurrido en una exposición en Roma. Miguel Ángel arrojó
luz sobre el asunto publicando el informe del laboratorio
que demostraba su deterioro y que había sido ocultado de
forma deliberada.
Miguel Ángel ha
puesto su pluma al servicio de muchos medios escritos,
aunque son los medios de su tierra, Diario de León
y Crónica de León, con los que ha tenido una
relación más duradera. Más de 2000 entrevistas y artículos
le han permitido conocer a personajes de todo tipo e
incluso trabar amistad con ellos, en ocasiones con el
ajedrez como mudo testigo. En el siguiente enlace podéis
conocer alguna de esas historias, son realmente curiosas y
llamativas, seguro que os sorprenderán: Curiosidades
de una vida.
Resultaría demasiado
extenso exponer cada trabajo de Nepomuceno, aunque no
puedo dejar de mencionar su investigación sobre el campo
de concentración de Mauthausen o la futura publicación,
que verá la luz próximamente, sobre la liberación de
París durante la II Guerra Mundial. También realizó
investigaciones sobre la vida de Federico García Lorca y
Luis Cernuda.

Federico
García Lorca, Luis Cernuda y Miguel Hernández
En 2012 recibió el
Premio Internacional de periodismo de investigación
Miguel Hernández, por una investigación sobre el poeta
que cobró forma en una serie de artículos publicados en
la Crónica de León. Dichos escritos, que fueron
realizados junto a Santos Escarabajal, tratan,
principalmente, los últimos días de la vida de Miguel
Hernández, sobre los que se han escrito gran cantidad de
datos erróneos.
Tras este amplio
recorrido hemos podido conocer a una persona que ha vivido
y vive con intensidad, cuyas aportaciones al ajedrez y al
periodismo son ejemplares. Sirva este artículo sobre
Miguel Ángel Nepomuceno como un homenaje a todos esos
investigadores que persiguen la verdad con ahínco y
determinación, y nos legan libros y escritos a través
de los cuales conocer la historia y sus protagonistas, sin
los cuales todo sería impenetrable oscuridad.
El
final del camino.... siempre en la brecha

La salud de Miguel Ángel no fue la mejor durante sus
últimos años, distintas dolencias, que fueron en
aumento, dificultaron mucho su vida hasta el punto de
tener que pasar por un complicada operación llevada a
cabo en Brujas (Bélgica) en diciembre de 2020. Sin
embargo, lejos de amilanarse, nunca perdió el paso en su
vida, siguió adelante con sus investigaciones, siempre
escribiendo, siempre con nuevos proyectos que afrontar,
con una energía que su cuerpo se negaba a darle pero que
parecía emanar de una mente siempre inquieta, incapaz de
frenar su eterno movimiento.
La luz de Miguel Ángel Nepomuceno se fue apagando durante
el mes de junio de 2022, hasta lleguar al punto final del
camino el día 17. Se sucedieron entonces los homenajes
desde distintos lugares, tal vez sin llegar a atisbar el
enorme vacío que iba a dejar Miguel Ángel tras de sí:
simplemente porque hay personas que no se pueden
reemplazar, son únicas, y debemos consolarnos con
haberlas podido conocer y haber disfrutado de su trabajo.
Javier
Cordero Fernández
(10
Diciembre 2012, actualizado en marzo de 2023)
BIBLIOGRAFÍA
"La
mente de Miguel Ángel, al que he hecho deambular por los
recuerdos de su memoria"
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